jueves, 7 de junio de 2018

Amar es Enseñar Amor | 48589 lecturas Si es cierto que me amas, no pongas en mis manos el pez que otros pescaron a fuerza de remar no quiero ser tu esclavo, prefiero ser tu hermano levántate, camina, enséñame a pescar�?� Si es cierto que me amas, no cubras mis harapos con telas que otras manos tejieron y es mejor que sienta yo el orgullo de ver sobre mis hombros el paño que mis manos hicieron con amor�?� Si es cierto que me amas, no pongas en mis manos el pan que otros ganaron, y te pido por favor... Invítame a los campos, entrégame un arado el pan es mas sabroso mezclado con sudor�?� Si es cierto que me amas, no trates de narrarme la historia de otros hombres, difícil de entender despiértame a la vida, tu puedes levantarme invítame a la escuela, enséñame a leer�?� Si es cierto que me amas y sientes en el alma la paz y la esperanza que ha puesto en mi tu Dios ayúdame a ser bueno, yo anhelo tener calma enséñame la senda del bien y del mal�?� Si es cierto que me amas, estréchame la mano enfréntame a la vida, anímate a luchar ayúdame a ser libre, yo quiero ser tu hermano que amor no es sentir lastima, amar es enseñar... Anónimo

martes, 10 de agosto de 2010

Ideales del ayer

EN SOLO CIEN PALABRAS
Ideales del ayer
POR EMILIO LAPAYESE
En este aniversario de la Restauración el mundo ya es completamente distinto al de entonces. Mientras unos todavía renuevan sus esperanzas, la deserción de muchos se multiplica.

Todavía llorando la dantesca tragedia del mal llamado “naufragio” de Nagua, detuvieron otra yola con un centenar de fugitivos del “paraíso”.

La soberanía que querían los restauradores queda muy lejos de la colonización global de hoy. La gente “huye” de este paraíso hipotecado, vendido, “concesionado”. Aunque ciertamente paraíso sean nuestras playas.

Tan feraz y fecunda es esta “nueva tierra” que exporta miles de millones de dólares. Sin impuestos, sin un recibito. Alguien pagará.

Hoy que el tiempo ha pasado
y mi pena en dejarme se resiste,
pienso en tú con ternura padre amado
y siento que el dolor que me has causado
al irte para siempre aún persiste,
te dedica un pensamiento triste,
mi corazón que nunca te ha olvidado.
Todos habemos de morir un día
me dicen los que a modo de consuelo
se acercan a mi lado, pero ignoran
que mis lágrimas no son por desconsuelo;
que quien quiso a su padre cual yo al mío,
siente en el alma un dulce desvarío
y no cree en la muerte, porque piensa,
que el que se fue no ha muerto, que la ausencia
será breve y un día su regreso
tendrá la tierna sensación del beso
que no me dio al partir, vendrá en la esencia
de las flores silvestres en el huerto,
en la brisa sutil de las mañanas
en que pensando en él, yo me despierto.
Vendrá en la nube que, surcando el cielo
se detendrá un instante y mis dos manos
tratarán, extendidas, de apresarlas
y no lo lograrán , mas al palparlas,
mis manos sentirán, estoy segura,
el roce inmaterial de la ternura
de quien ha de tratar de acariciarlas.
Partirá la nube, fugitiva, errante,
desplazándose hasta cielos muy lejanos
y dejará en el hueco de mis manos
la grata sensación de que mi padre,
con infinito amor las ha besado.