martes, 10 de agosto de 2010

Ideales del ayer

EN SOLO CIEN PALABRAS
Ideales del ayer
POR EMILIO LAPAYESE
En este aniversario de la Restauración el mundo ya es completamente distinto al de entonces. Mientras unos todavía renuevan sus esperanzas, la deserción de muchos se multiplica.

Todavía llorando la dantesca tragedia del mal llamado “naufragio” de Nagua, detuvieron otra yola con un centenar de fugitivos del “paraíso”.

La soberanía que querían los restauradores queda muy lejos de la colonización global de hoy. La gente “huye” de este paraíso hipotecado, vendido, “concesionado”. Aunque ciertamente paraíso sean nuestras playas.

Tan feraz y fecunda es esta “nueva tierra” que exporta miles de millones de dólares. Sin impuestos, sin un recibito. Alguien pagará.

Hoy que el tiempo ha pasado
y mi pena en dejarme se resiste,
pienso en tú con ternura padre amado
y siento que el dolor que me has causado
al irte para siempre aún persiste,
te dedica un pensamiento triste,
mi corazón que nunca te ha olvidado.
Todos habemos de morir un día
me dicen los que a modo de consuelo
se acercan a mi lado, pero ignoran
que mis lágrimas no son por desconsuelo;
que quien quiso a su padre cual yo al mío,
siente en el alma un dulce desvarío
y no cree en la muerte, porque piensa,
que el que se fue no ha muerto, que la ausencia
será breve y un día su regreso
tendrá la tierna sensación del beso
que no me dio al partir, vendrá en la esencia
de las flores silvestres en el huerto,
en la brisa sutil de las mañanas
en que pensando en él, yo me despierto.
Vendrá en la nube que, surcando el cielo
se detendrá un instante y mis dos manos
tratarán, extendidas, de apresarlas
y no lo lograrán , mas al palparlas,
mis manos sentirán, estoy segura,
el roce inmaterial de la ternura
de quien ha de tratar de acariciarlas.
Partirá la nube, fugitiva, errante,
desplazándose hasta cielos muy lejanos
y dejará en el hueco de mis manos
la grata sensación de que mi padre,
con infinito amor las ha besado.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Emilio Lapayese del Rio

Tus dos amadas tierras!!!

En Buenos Dias

PALANTE

EN SOLO CIEN PALABRAS
“Palante”
EMILIO LAPAYESE
Fue una seria invitación al esfuerzo conjunto. Conocida la gravedad de la situación, lo sensato es caminar hacia delante. No hay otra opción.
La excelente propuesta presidencial estimuló, no el optimismo, sino una razonable esperanza.

Incluyó el atrevido reconocimiento de que “no fuimos capaces en cuarenta años” de organizar un Estado de Derecho, el “sistema” ha fracasado hasta hora.

Ese “no fuimos capaces” incluye a todos los líderes y dirigentes, a todas las fuerzas sociales. La sinceridad en aceptar el fracaso institucional abre posibilidades de que la nación retome abandonados proyectos constitucionales. El país no ha completado su tarea fundacional.

----------

Jose Lapayese Bruna

Emilio Lapayese del Rio

Lapayese escribía en HOY la columna diaria titulada "En sólo cien palabras", caracterizada por la ironía y la crítica incisiva. Simultáneamente publicaba artículos de vez en cuando en la página editorial de este diario. Había sido operado corazón abierto y se le amputó una pierna a consecuencia de la diabetes.
Con gran capacidad para la síntesis, Lapayese estaba decepcionado de ciertas utopías a las que había apostado. Le encantaba construir casas, debido a su herencia del su padre que fue también arquitecto.
Nacido en Madrid, España, en una familia de seis hijos, formada por José Lapayese, artista plástico, y Míguela del Río, maestra y ama de casa. Fruto de su amor por el país, Lapayese se nacionalizó dominicano.
Lapayese escribió artículos, además, en El Nacional, Listín Diario y el periódico santiagués El Día. Fue galardonado con uno de los premios de "La sandalia de la buena prensa" (1992), otorgados por Ediciones Peregrino.
Estuvo, junto a José Israel Cuello, en el programa televisivo "Contrapunto", que empezó en Rahintel en 1994 y luego pasó a otros canales. Fue comentarista de "Buenos días", también con José Israel Cuello, y en "Desayuno buenos días".
En el programa televisivo "Controversia" fue comentarista junto a Roberto Rodríguez Marchena. Participó, asimismo, en otros programas de panel en la televisión local.
Se inició en la carrera de periodista escribiendo artículos en el diario El Día, de Santiago. Luego pasó una temporada en España y trabajó en el anuario de Radiotelevisión Española.
Produjo en Santiago un programa radial, que denominaba Actualidad Periodística, en que leía noticias y editoriales con acordes de tambora. Siguió su programa en La Voz del Trópico y comenzó a laborar, en 1986, con Julio Hazim.
Estaba casado con Miledys Antonia (Gaby), con quien procreó a Eva María, estudiante de medicina, y María Isabel, que estudia psicología.
Recibió una educación de primer orden durante su pubertad. No sólo le enseñaron bien, sino que además le estimularon el deseo de saber. Entonces leía las novelas de aventura de Julio Verne. Leyó temprano la Biblia y la Divina Comedia, obras fundamentales en su vida.
Tan pronto concluyó el bachillerato, el joven fue a la Universidad Complutense de Madrid, pero los estudios de derecho quedaron interrumpidos cuando decidió, sorprendiendo a su familia, estudiar para sacerdote. Tenía 20 años cuando entró en la ruta de la Orden de los Predicadores de los Dominicos. Estuvo nueve años estudiando.
Convertido en sacerdote, su destino fue Santiago de los Caballeros, donde fue docente de la Universidad Católica Madre y Maestra. Fue utility en los colegios Sagrado Corazón y La Salle.
Cuando estalló la guerra de abril de 1965, Lapayese se encontraba en el Convento de los Dominicos, en Santo Domingo. Se quedó allí dentro, pero al tanto de lo que ocurría la Ciudad Colonial.
Luego fue destinado a Puerto Rico y se dedicó a la enseñanza en la Universidad de Bayamón y compartió residencia con religiosos holandeses. Retornó al país en 1968. A petición suya fue enviado a ocuparse de las almas de Monción y Altamira, donde dejó una impronta entre los jóvenes. De aquí se marchó a Puerto Rico, donde enseñó en la Universidad Interamericana.
En esa isla se produjo un cataclismo interior y colgó los hábitos. Retornó al país para enseñar en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Después contrajo matrimonio y empezó una nueva etapa en su vida, sin abjurar a sus creencias religiosas.